Cuantas veces nos creemos invencibles Sensibles, poetas, más altos que otros Vamos demoliendo corazones rotos Como mitológicos seres terribles
Cuantas veces sentimos el cielo en el piso Tantas veces liso que hasta nos resbala Vestirnos de humildes sólo es la antesala De nuestro hedonismo que mató al que quiso
Cuantas veces somos el centro del centro Que hasta los de adentro se cansan de vernos Por fuera somos toros con cuernos Mientras solitarios vagamos por dentro
Cuantas veces sentimos el cielo en el piso Tantas veces liso que hasta nos resbala Vestirnos de humildes sólo es la antesala De nuestro hedonismo que mató al que quiso
Pero abrirá esa puerta La lluvia que decolora colores Y cambiaran los ojos y las lunas Y los tambores del remordimiento Se quemarán la piedra y la fortuna Seremos alma, aire y sentimiento
Pero abrirá esa puerta La lluvia que decolora colores Y nos caerá la niebla la perdida La que se fue para ser encontrada Y volverá a nuestros ojos la vida Seremos todo, porque seremos nada